Antes de saltar a la fama con Call of Juarez y consolidarse con los zombis de Dead Island y Dying Light, Techland debutó en el terreno de los juegos de disparos en primera persona con este Chrome, aportando muchos elementos interesantes al género.
Hoy día se antoja un tanto basto y muy desfasado técnicamente, pero presenta gran cantidad de elementos interesantes que aportan una buena perspectiva al género de lo shooters, que a principios de la década pasada intentaban suplir con ingenio y mecánicas novedosas lo que la tecnología no les permitía, como en el cine clásico. ¡Qué daño ha hecho Call of Duty, leñe!
Jugabilidad e historia:
Chrome destaca por recoger descaradamente elementos de System Shock y Deus-Ex a la hora de presentarnos a un protagonista con implantes cibernéticos que le otorgan poderes especiales, pero aporta a su vez unos escenarios mucho más abiertos que los títulos en los que se inspira, para así presentarnos una campaña dividida en niveles bastante amplios, por lo que te puedes mover libremente. ¡Incluso nos permite la conducción de una gran cantidad de vehículos!
De ese modo, nos presenta un estilo pseudo-sandbox que más tarde Crytek recogería en su excelenteny superior Far Cry, para perfeccionarlo más tarde en el brutal Crysis, que también recuerda a este Chrome en el uso de habilidades especiales como la invisibilidad o la velocidad aumentada, pero que lo usaría de una manera mucho más ágil y adecuada que Techland. Porque que este es uno de los mayores defectos de Chrome... El uso de habilidades es ciertamente engorroso, y los menús un infierno.
Así mismo, a los disparos también les falta algo de fuerza, terminando por ser demasiado lentos y poco adictivos.
A esta falta de adicción que ofrece la campaña también contribuye una historia confusa y genérica a más no poder y un protagonista ramplón, que nos hace difícil llegar hasta el final por los pocos motivos que nos da para ello. Hay que tirar de fuerza de voluntad para acabar el juego, lo cual siempre es una mala señal.
Apartado visual y sonoro:
Chrome utiliza un motor gráfico bastante potente para ser un juego de 2003, destacando el uso de reflejos en tiempo real (fue el primer juego en ofrecer este avance gráfico) y algunos shaders resultones, que contrastan con un modelado de personajes pobre y unos escenarios poco inspirados, sobre todo en interiores.
Sin embargo, el motor desarrollado por Techland para este juego ofrece suficiente músculo como para aguantar el tipo aún hoy en día. Sin ir más lejos Dying Light y el futuro Hellraid utilizan la sexta iteración de este motor. ¡Bien por los polacos!
Los efectos sonoros son incluso más flojos que los gráficos, ofreciendo un sonido de las armas que suena tremendamente enlatado, demasiado débil para lo que se presupone. La música simplemente cumple, no pasa de ser genérica.
Conclusiones:
Chrome es difícil de jugar hoy en día. Los menús son engorrosos, a los tiroteos les falta gracia y las habilidades son demasiado complicadas de utilizar. La elevada dificultad y el pobre arguemnto tampoco contribuyen a terminar la campaña, que además presenta una duración que en este caso se presenta excesiva visto el lento ritmo del juego.
Pero es estimulante comprobar cómo los polacos Techland introdujeron una serie de características muy interesantes en su estilo de juego, que influyeron en otros shooters en primera persona y cuya herencia aún se puede ver en los títulos más modernos del estudio.
Así que si quieres probar un juego de disparos en primera persona que ofrece una interesante transición entre lo que serían los shooters pasilleros de los noventa y los mundos abiertos que podemos disfrutar hoy en día, le puedes dar a Chrome una oportunidad. Es un título aceptable, incluso notable en ciertos aspectos, pero dudo que te entusiasme.
Calificación: ***