martes, 30 de marzo de 2021

Análisis/Review: Wanted: Weapons of Fate (PC, 2009) ¿Puede un juego ser mediocre y divertido a la vez? ¡Por supuesto!

Wanted: Weapons of Fate fue otro de esos muchos shooters nacidos a rebufo de Gears of War y el Unreal Engine 3 que vimos a comienzos de la generación de Xbox 360 y PS3.

Sin embargo, no hay que dejarse engañar por las apariencias, ya que bajo su aspecto de juego de disparos clónico la adaptación de la acertada película de Timur Bekmambetov al mundo de los videojuegos se trata de un título extremadamente divertido, que recoge el estilo macarra de los cómics en los que se basa la franquicia e introduce algunas mecánicas jugables realmente únicas y que no se han vuelto a repetir en el mundo de los disparos en tercera persona. 


Jugabilidad e historia:

Wanted nos pone en la piel de Wesley Gibson en una continuación directa de sus aventuras en el film, transportándonos de nuevo a este mundo de asesinos tan bien hilado del cual otras películas posteriores como John Wick han bebido sin dudarlo. El hilo argumental es sencillo, pero nos presenta algunos personajes memorables como Arana, a la que pone voz nuestra Paz Vega. 

En cuanto a jugabilidad, se trata de un shooter en tercera persona con coberturas, algo más encorsetado y "sobre raíles" que Gears of War, pero que sin embargo presenta la famosa habilidad de curvar la trayectoria de las balas que hizo célebre a la franquicia, trasladada al terreno jugable de forma más que efectiva. 



Resulta un auténtico placer localizar a un enemigo, y dispararle en toda la jeta rodeando la columna o muro tras el que se esconde. Además, los primeros planos de estas ejecuciones maestras en cámara lenta, que recuerda a otros shooters como Sniper Elite o Max Payne, añaden un extra de inmersión y espectacularidad a todo el conjunto. Estas repeticiones se repiten también en el caso de realizar ejecuciones cuerpo a cuerpo, las cuales resultan igualmente satisfactorias.

Desgraciadamente, no hay mucho más que rascar en este sentido salvo algunas espectaculares escenas cinemáticas bastante sencillas, pero al menos mientras dura el juego, no hay cabida al aburrimiento. 



Apartado visual y sonoro:

En cuanto a su apartado técnico, hay que resaltar que Wanted utilizó el Diesel Engine, que también
mueve otros juegos de Grin, y se agradece este hecho ya que tiene ciertos elementos diferenciadores respecto el trillado Unreal Engine 3. 

Quizá el uso de shaders no es tan avanzado como los mejores ejemplos del motor de Epic, pero los modelados de los personajes, sobre todo el protagonista, son suficientemente buenos, y las animaciones aún dan el pego hoy en día, destacando sobre todo las ejecuciones y el fluido cambio entre coberturas. 


El resto de efectos están bien logrados, y hay algunas físicas sorprendentes en cuanto a destrucción de escenarios. Así que visualmente, sobre todo a altas resoluciones, todavía resulta un juego resultón hoy en día. 

Refiriéndonos al apartado sonoro, destacar la estupenda música que usa algunas melodías compuestas por Danny Elfman, y unos efectos de sonido solventes sobre todo en la escenas en cámara lenta y primeros planos, logrando un acabado audiovisual cinematográfico y fiel al estilo de la película.









Conclusiones:

Wanted no fue, ni mucho menos, unos de esos juegos que hicieron historia. De hecho, está bastante (injustamente) olvidado hoy en día. 

Sin embargo, aquellos que disfrutasteis con la película o los cómics, vais a encontrar un juego fiel al espíritu de las obras en las que se basa. Macarra, espectacular, con buenos villanos y un ritmo constante. Si a ello le añadimos algunas mecánicas excelentes como la capacidad de enviar balas curvadas para alcanzar a enemigos escondidos tras coberturas, tenemos un shooter que mientras dura, que es bastante poco, ofrece toneladas de diversión.

Así que si lo encuentras de oferta en alguna estantería, te recomiendo que le eches un ojo a poco que te gusten los juegos de disparos. 


Calificación: ***

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Análisis/Review: Dead Effect (PC, 2014) Quizá este juego sea válido para smartphones... Pero no para PC.



Adaptación directa de un juego de móviles, Dead Effect llegó a nuestros ordenadores con la intención de repetir el éxito que cosechó en los smartphones. 


Sin embargo, en un mundo tan curtido como el del PC este juego se queda a medio camino en todo. El esquema jugable encorsetado por la dichosa monetización le pasa mucha factura al juego, resultando confuso y totalmente inadecuado para un juego de ordenador. El hecho de que para comprar y mejorar armas haya que echarle horas absurdas al juego es horrible, absurdo y empeora la experiencia global. 




Jugabilidad e historia:


Que por otro lado tampoco es que sea demasiado brillante. Los tiroteos no están mal, pero la falta de variedad en los escenarios, lo justito del apartado técnico y lo repetitivos que resultan todos los niveles termina pasando demasiada factura al conjunto. Como punto positivo, quizá remarcar que el juego es corto. De haber durante más de tres o cuatro horas, probablemente lo habría abandonado antes de terminarlo. 


Aún así, el gran problema viene de una mala adaptación de un sistema de mejora del personaje mal adaptado del mundo de los móviles, que termina siendo muy poco satisfactorio de lo lento y reiterativo que resulta. Si ya de por sí el ramplón diseño del juego no invita demasiado a rejugarlo, hacerlo por obligación ya es una tortura. Y si se quiere mejorar las armas como Dios manda es algo mandatorio... Y tremendamente aburrido.

Así como aburrida y previsible es la historia, muy floja y sin ningún punto de auténtico interés. Además el juego hace gala de una narrativa torpe y anticuada que te obliga a leer documentos mal redactados y con muy poca chicha. 

Terrible. 


Apartado visual y sonoro:

Los gráficos de Dead Effect no son del todo malos a primera vista, pero tras una media hora jugando y un par de niveles superados, caemos en la cuenta de que estamos visitando los mismos pasillos y las mismas habitaciones una y otra vez. Es el típico shooter pasillero de móvil, y esta adaptación no lo puede disimular en ningún momento pese al control con teclado y ratón. 

En cuanto a sonido tenemos una banda sonora que no es del todo execrable, y unos efectos justitos, que terminan siendo tan repetitivos como los propios niveles. 


Conclusiones:


Así que si después de haber probado la mayoría de los shooters con ambientación terrorífica de Steam todavía tienes ganas de más, le puedes echar el guante a este Dead Effect. Pero no te esperes nada del otro mundo... Nada que ver con Dead Space o Mass Effect. Es un título mediocre, repetititivo y con un sistema de progresión injusto e incómodo directamente heredado del mundo de los smartphones. 


Calificación:  **

martes, 26 de diciembre de 2017

Análisis/Review: Deus-Ex: Invisible War (PC, 2003) Una buena secuela, pero por debajo del original.

Tras la triunfal primera entrega, la saga Deus-EX regresó con una segunda parte para ordenadores... Y también para Xbox, lo cual terminó pasando factura al juego al tener que adaptarse a la jugabilidad impuesta por el pad y por el limitado apartado técnico que impidió alcanzar cotas más altas al juego.

Sin embargo es un título que conserva los suficientes elementos interesantes del primer juego así como un ritmo algo mejor llevado y orientado más a la diversión pura, lo cual tampoco está nada mal. 

¡Veamos qué ofrece el juego! 



Jugabilidad e historia:

Por la propia naturaleza del mundo de las consolas, el juego no termina de ser todo lo
profundo y complejo que debiera. Es divertido, más profundo que la mayoría de los shooters en primera persona y con una historia solvente, pero se siente como una especie de downgrade con respecto a la primera parte. ¡Sacrificios impuestos por las consolas, señores!

Sin embargo al poco tiempo de juego ya nos encontramos hackeando sistemas, usando sigilo, enfrentamiento directo o intentando usar la diplomacia. Puro Deus-Ex, vamos. La esencia de la saga se mantiene con acierto.

Y el buen ritmo que presenta el juego le convierte a mi juicio en la entrega más divertida de toda la saga, incluyendo los últimos títulos protagonizados por Adam Jensen. 

La historia enlaza adecuadamente con lo visto en la primera parte y es lo suficientemente interesante como para enganchar. No es brillante, pero sí notable. 


Apartado visual y sonoro:

Técnicamente nos encontramos con un apartado gráfico bastante bueno, con un buen uso de la iluminación y el Shader Model 2.0, donde también destaca la interacción con numerosos objetos del escenarios, que más tarde juegos como Crysis llevarían al extremo. Pese a todo queda bastante por debajo del estándar de ordenadores que poco después marcaron juegos como Half-Life 2, Doom 3 o Painkiller, ante los cuales este Invisible War palidece en exceso. 

La música sigue siendo sobresaliente e incluso retoma algunas melodías de la increíble banda sonora del primer juego de la saga, y los efectos sonoros son simplemente correctos, al igual que el poco inspirado pero funcional doblaje. 


Conclusiones:

Por lo tanto, si te gustó el Deus-Ex original, disfrutarás con esta secuela. Pero ten en cuenta que no es un juego tan complejo ni con tantas posibilidades, aunque sí algo más divertido y con mejor ritmo. 

¡Recomendado para fans del cyberpunk añejo!


Calificación: ****

jueves, 30 de noviembre de 2017

Análisis/Review: Metro 2033 Redux (PC, 2014) Quien mucho abarca, poco aprieta.

Hace ya unos cuantos años cayó en mis manos una novela que leí con avidez, llamada Metro 2033. Disfruté sobremanera la historia de Artyom y esa original visión post-apocalíptica de Glukhovsky del metro de Moscú. La secuela me gustó algo menos, pero expandía el universo del autor hacia derroteros igualmente interesantes.

Es por eso que cuando se anunció un videojuego basado en el libro di botes de alegría, porque
el universo que nos proponía ofrecía unas posibilidades tremendas. Y aunque el juego resultante presenta algunas ideas brillantes y una buena ejecución, le falta un toque de maestría para situarse entre los grandes en mi opinión.

El juego intentan muchas cosas y algunas de ellas las hace muy bien, pero el resultado es una cierta indefinición que termina por descolocar un poco al jugador.

Pero mejor vayamos por partes...


Jugabilidad e historia:

Metro 2033 nos presenta un shooter en primera persona que si bien responde bien a los mandos, no resulta todo lo divertido que debiera a la hora de encarar los tiroteos. Los enfrentamientos contra bestias son algo toscos y la inteligencia artificial algo deficiente empaña las luchas contra humanos. Luego nos ofrece ciertas partes de sigilo que si bien no están mal, tampoco destacan demasiado.

Todo ello aderezado con una pizca de investigación que hará que exploremos los escenarios más de la cuenta. Y esto no está mal, ya que añade algo de duración a una aventura demasiado breve.

Pero finalmente el resultado es aceptable sobre todo por la excelente ambientación y los toques de terror que aumentan bastante la diversión en términos generales.

En cuanto a historia, el juego sigue la línea argumental del libro, aunque comprensiblemente mutilada y adaptada a este formato. Sobre todo actúa muy bien como vehículo para crear una ambientación soberbia, pero le falta la profundidad de la novela a la hora de retratar esta sociedad subterránea y sus numerosos dramas y problemas.

Aún así, el argumento está por encima de la media en lo que a shooters en primera persona se refiere.


Apartado visual y sonoro:

No hay que olvidar en ningún momento de que estamos hablando de un juego lanzado hace más de siete años, y en ciertos aspectos se nota. Sobre todo con algunas animaciones mejorables y ciertos modelados. Sin embargo, gracias a esta versión Redux podemos decir que el juego presenta un apartado gráfico bastante digno para la actual generación, aunque obviamente por detrás de los referentes en cuanto a potencia gráfica se refiere.

Lo que sí destaca, por supuesto, es la dirección artística del título directamente obtenida de las novelas y con unos excelentes resultados pese a las limitaciones. Destacan sobre todo los exteriores, que quizá son lo que más huella dejan en la retina del jugador por su aridez y recovecos plagados de peligros, así como localizaciones bastante espectaculares como la biblioteca, donde viviremos algunos de los momentos más intensos de la aventura. 


En cuanto a sonido nos encontramos un trabajo muy completo en cuanto a recreación de ambientes, destacando el sonido ambiental en los campamentos y de nuevo en exteriores, donde el acompañamiento de la mascarilla se convierte en uno de los elementos más distintivos del juego. El sonido de las armas y los monstruos es mejorable, sin embargo, poniendo en evidencia que este juego no es una superproducción. 

El doblaje es correcto, y la banda sonora con tintes melancólicos muy adecuada.  En la línea de la saga S.T.A.L.K.E.R., como es lógico vista la procedencia y orígenes del equipo de desarrollo. 


Conclusiones:

Metro 2033 es un juego que toca muchos palos, sin hacer nada realmente mal pero tampoco realmente bien salvo la excelente ambientación y el potente apartado gráfico. Tiene sigilo, tiroteos, algo de exploración y toques de terror, pero ninguno de estos ingredientes te dejará una huella real más allá de la buena experiencia que supone visitar este mundo subterráneo y sus terribles alrededores. 

Pese a todo se trata de una digna adaptación de un libro excelente y que sin duda has de probar si te gustó la novela u otros shooters en primera persona como S.T.A.L.K.E.R., con el cual comparte más de un elemento como el tono general, ese toque ruso tan especial y la bella banda sonora. 

¡Ahora a probar Metro Last Light y a esperar el deseado Metro Exodus!


Calificación:  ***

lunes, 6 de noviembre de 2017

Análisis/Review: F.E.A.R. Extraction Point (PC, 2006) Una expansión más que correcta.

F.E.A.R. supuso el espaldarazo definitivo para Monolith, una compañía que venía haciendo las cosas muy bien desde sus inicios pero que no conseguía despegar del todo. Un juego espectacular donde los haya, con algunas mecánicas novedosas en cuanto a la forma de encarar la acción y unas dosis de terror sorprendentemente efectivas.
 
Unos meses más tarde le llegó el turno a su primera expansión, que si bien no sorprende tanto como el original al menos sí que consigue mantener el tipo y ofrecernos más de lo mismo, aunque desgraciadamente no mejor.
 
TimeGate Studios, los responsables en parte del fiasco de Alien: Colonial Marines, consiguieron hacer un trabajo aceptable pese a todo.
 
 
Jugabilidad e historia:
 
La historia retoma el final del primer juego para ponernos de nuevo en la piel de Point Man. Y para hacer honor a la saga, es ciertamente confusa y difícil de seguir. Vamos, que no es sino una mera excusa para otra buena ración de sustos y tiroteos.
 
Y la jugabilidad sigue a pies juntillas lo visto en el juego original, salvo la adición de tres nuevas armas y una torreta, que es bastante divertida de utilizar. Quizá los tiroteos son incluso más intensos y peliagudos, pero nada realmente diferenciador. Eso sí, la diversión está garantizada si le perdonas lo repetitivo que puede llegar a ser.
 
Lo que sí que se pierde es esa tensión constante en el jugador ya que obviamente TimeGate no tienen la capacidad de Monolith a la hora de afrontar el terror, por lo que el juego queda algo cojo en este aspecto.
 
 
Apartado visual y sonoro:
 
Los gráficos son exactamente iguales que en F.E.A.R., por lo que no hay nada que añadir en este aspecto. Quizá destacar algunas localizaciones novedosas y la siempre sorprendente calidad de las texturas que consigue el más que competente motor de Monolith, pero poco más.
 
Eso sí, siempre es un placer ver reventar los cuerpos de los enemigos y las espectaculares explosiones en tiempo bala. En ese aspecto es un juego que ha envejecido bastante bien.
 
El sonido es tan apabullante como siempre, y la música de Nathan Grigg soberbia, como en toda la saga. ¡Qué gran adición la de este hombre! La franquicia no hubiese sido lo mismo sin sus partituras potentes y evocadoras. Los tiroteos ganan mucho con sus composiciones.
 
Y aunque sin llegar al excelso nivel de F.E.A.R. 2, en estas expansiones Grigg también hizo un muy buen trabajo.
 
 
Conclusiones:
 
Si te gustó el primer F.E.A.R. y quieres más de lo mismo, Extraction Point calmará tu sed. No ofrece casi nada nuevo, y la historia es olvidable y ni tan siquiera canon para la saga, pero sin duda merece la pena para los fans.
 
Aunque eso sí, personalmente me gusta más Perseus Mandate.
 
 
Calificación: ***

lunes, 9 de octubre de 2017

Análisis/Review: Max Payne (PC, 2001) Bienvenidos al estilo Remedy.

Tras publicar hace tiempo en análisis de la versión de PS2, ahora le llega el turno a la de compatibles, que fue realmente el pistoletazo de salida no sólo para la saga, sino para un estilo de crear videojuegos muy característico, que no es otro que el de los suecos Remedy.

A raíz del éxito de Matrix, los creadores de Death Rally se plantearon crear un videojuego que aunase el efecto bala visto en esta cinta con un estilo noir directamente heredado de los cómics y novelas gráficas de décadas anteriores. De ese modo no sólo podemos ver influencias de las Wachowski, sino también de otros grandes como Alan Moore o Frank Miller.

El resultado fue uno de los juegos de acción más sólidos y adultos jamás vistos. ¡Bienvenidos al universo de Max Payne!


Jugabilidad e historia:

Max Payne se basa en el tiempo bala a la hora de encarar los numerosos tiroteos que ofrece. De ese modo pasaremos casi más tiempo en el aire mientras disparamos que en el suelo, destacando en PC la enorme ayuda que aporta el uso del ratón. Se nota que este juego fue ideado para los rápidos giros que permite este periférico, y volver a usar un pad para controlar a Max tras haber probado teclado y ratón supone algo menos que un calvario.

También tendremos algunas seccione de pseudo-plataformas... Pero todos sabemos que es lo peor del juego con diferencia. Max Payne destaca por los tiroteos, y en este aspecto hay que admitir que Remedy dio lo mejor que tenía con el fin de crear uno de los mejores shooters en tercera persona jamás vistos. Y lo consiguieron.

En cuanto a historia, el bueno de Sam Lake ideó un guión muy serie negra con cierto sabor añejo pero aportando líneas de diálogo muy bien elaboradas que sin duda quedan en la mente del jugador tanto o más que los propios disparos. Gran parte de la historia se nos narra directamente en viñetas de cómic, creando una conjunción audiovisual muy estimulante. Comix Zone ya había experimentado con esto en el pasado, de forma incluso más creativa, pero la apuesta de Remedy resultó ser mucho más centrada y madura, demostrando que dos medios en principio tan distintos pueden casar perfectamente.

Y en términos de guión, la palma se la lleva el propio Max Payne, uno de los personaje más torturados y carismáticos de la historia de lo videojuegos. No voy a contar mucho más sobre él... Si no lo conoces, ¿a qué estás esperando?


Apartado visual y sonoro:

Visualmente Max Payne destaca por usar una paleta de tonos bastante oscuros, que casan muy bien con la siniestra historia que se nos narra y con la propia estética del protagonista. Remedy cuidó el apartado artístico de forma muy llamativa, consiguiendo unas imágenes muy potentes pese a las limitaciones del hardware de la época.

De todos modos, el juego destaca por el uso de shaders (no en vano Shader Model 1 ya se encontraba en funcionamiento) y por la ya mítica cara de Sam Lake digitalizada para convertirse en el rostro de Max Payne. Esto ya forma parte de la historia de los videojuegos, y no hay convención o feria a la que acuda Sam Lake en la que no le pidan una y otra vez que ponga la dichosa carita. ¡Menos mal que el tipo se lo toma con humor!

Por lo demás destacan los excelentes efectos bala directamente heredados de Matrix, así como una representación de las explosiones bastante buena. Lástima que las animaciones del protagonista sean algo toscas, así como el modelado de los personajes, porque por lo demás es un juego que aún hoy mantiene bien el tipo.

Desde el punto de vista sonoro el juego nos presenta una partitura magistral, destacando los intimistas temas a piano, que seguramente muchos tengáis en mente al leer estas líneas. Hay juegos con bandas sonoras tremendamente representativas, y Max Payne es uno de ellos.

También destaca el gran trabajo sonoro en las secuencias de acción... Pero en cuanto al doblaje, pues poco hay que añadir. La interpretación en español es directamente lamentable, sobre todo la del infame Tomás Rubio, cuya horrible encarnación de Max Payne constituye uno de los mayores atentados patrios contra la industria del videojuego.

Por lo tanto, yo recomiendo encarecidamente jugar a este juego en inglés con su doblaje original, para de ese modo lo arruinar parte de la gran ambientación con el horrible doblaje al español.
 
 
Conclusiones:
 
Max Payne nos presentó el estilo tan particular de Remedy, quienes aportaron un toque de madurez y profundidad casi inaudito hasta ese momento mezclando muy acertadamente dos medios tan dispares pero a la vez tan cercanos como son las novelas gráficas y los videojuegos.
 
Pero no contentos con ello, desarrollaron una jugabilidad a prueba de bombas que aún hoy en día sigue siendo igual de divertida. Puede que los gráficos resultan algo anticuados, pero una vez nos metemos en faena el juego es tan divertido que directamente deja de importar. Y eso es una gran virtud.
 
Por lo tanto, si todavía no conoces a Max Payne esta primera entrega para PC es el sitio ideal para empezar. Muy recomendado, sobre todo la versión original en inglés.
 
 
Calificación:  *****

lunes, 3 de julio de 2017

Análisis/Review: Bioshock Infinite (PC, 2013) Retroceso histórico y jugable.

Tras más de dos meses sin publicar un análisis, vuelvo a la carga con un título que en su día causó un revuelo enorme y que pertenece a una saga que en mi opinión tras la brutal primera entrega no consiguió volver a estar a la misma altura. La segunda parte es un título muy notable, pero fue demasiado continuista y le faltó empaque en cuanto a historia. 

Y Ken Levine volvío al ruedo en esta tercera entrega que se vio lastrada por multitud de problemas durante su desarrollo que obviamente hicieron mella en el resultado final. De hecho, si buceamos un poco por  Youtube comprobaremos que hay muchos elementos que el juego iba a incluir que finalmente no hicieron acto de presencia. 

¿Una limitación impuesta por unos consolas que ya no daban más de sí? Pues muy probablemente. 


Jugabilidad e historia:

Jugablemente nos encontramos un título que sin duda respira la esencia del primer Bioshock, pero
que a la vez introduce una serie de cambios que dejan bastantes dudas. Y digo cambios en lugar de novedades muy intencionadamente, ya que nuevo no nos encontramos casi nada en esta entrega. Es más, en mi opinión se produjo un extraño y preocupante retroceso jugable ya que los elementos RPG se vieron reducidos drásticamente, al igual que elementos como el pirateo que en este caso se ven recortados a un mero plásmido (perdón, vigor) más. 

En lugar de profundizar en el género rol, por lo tanto, nos encontramos un juego que hace mucho hincapié en los tiroteos. Pero desgraciadamente, Irrational Games no tienen la capacidad de crear tiroteos tan maravillosos como id Software o Epic Games. Por lo tanto los mismos terminan cansando. Los vigores son interesantes, pero bastante irregulares, por lo que al final terminas usando uno o dos de entre todos los que te ofrecen. Y la forma de mejorarlos, al igual que las armas, termina resultando bastante aburrida al prescindir completamente de árbol e habilidades o algo similar. Simplemente te acercas a las máquinas y vas comprando lo que te interesa.

Una decisión bastante desacertada. Al igual que desacertada resulta la pobre inteligencia artificial de los enemigos, que simplemente buscarán coberturas como si de un Call of Duty más se tratara y que resta bastantes enteros a los combates. También de la interacción con Elisabeth se esperaba mucho más allá del simple acompañamiento que nos aporta, y lo mismo se puede decir del limitado y a todas luces capado uso de los raíles, que prometían unas dosis de locura y diversión muy por encima de lo que finalmente terminaron por ofrecer.

Sin embargo, en cuanto a historia y narrativa Bioshock Infinite no sólo iguala a la primera entrega, sino que incluso la supera. La forma tan ágil de contarnos la historia a base de grabaciones y conversaciones que no rompen el ritmo jugable no sorprende tanto como sí lo hizo en 2007, pero el hilo argumental es sencillamente magistral, otorgando un empaque y un sentido a todo el conjunto de juegos de la franquicia imposible de imaginar antes de jugar a esta entrega.

En ese aspecto Ken Levine sacó el gran escritor que lleva dentro para ofrecernos una historia digna de la mejor producción de Hollywood. Sólo por este motivo ya merece la pena jugar a este juego, sobre todo si has disfrutado de los dos anteriores. 


Apartado visual y sonoro:

Visualmente pocas pegas se pueden poner a este juego. Columbia presenta un diseño de escenarios
absolutamente arrebatador, capaz de hacer que te quedes mirando pequeños detalles, edificios, personajes o lo que sea durante muchos minutos. No es un juego que destaque en cuanto a fuerza bruta, y no se puede comparar con otros pesos pesados en cuanto a gráficos como Crysis o Battlefield, pero en cuanto a arte es de lo mejor que se puede ver dentro del género de los shooters en primera persona.

Lo que sí se echa en falta, al igual que otros muchos juegos que corren en Unreal Engine 3, es una mayor falta de interactividad con los escenarios. Digamos que uno se mueve por unos entornos increíbles, pero que al final dan la sensación de ser muy de cartón piedra. Me hubiese gustado que Columbia no sólo fuese un escenario bonito, sino una fuente de posibilidades a la hora de interactuar con el juego. Pero bueno, al ser un título que también apareció al final de la vida útil de PS3 y Xbox 360 tampoco se le podía pedir mucho más. 

En cuanto al apartado sonoro poco que añadir, salvo que es una auténtica pasada. Tanto la selección musical, como la ambientación sonora de Columbia como el doblaje son de primerísima calidad, haciendo notar el estatus triple A que ostenta esta saga. A destacar el impresionante chirrido del Songbird, capaz de ponerte los pelos de punta.

También  se agradece el que se mantengan ciertos sonidos de las dos entregas anteriores, sobre todo en menús y al interactuar con ciertos elementos, ya que todo ello ayuda a dar más identidad a la saga.


Conclusiones:

Bioshock Infinite deja una sensación dulce, pero con demasiados tintes amargos que quizá se podrían haber evitado. No sé si Ken Levine se vio sobrepasado por su propia ambición al intentar crear un juego por encima de las posibilidades de las consolas a las que iba principalmente destinado, pero el caso es que se dio de bruces contra la realidad teniendo que recortar mucho material que incluso ya se había mostrado en los años previos al lanzamiento del juego.

Pero lo que sí que podría haber hecho es conservar la profundidad de las dos primeras entregas, sobre todo en lo que a elementos RPG se refiere. Pero desgraciadamente se olvida en gran parte de ello para caer bajo la influencia de shooters más genéricos y exitosos, dejando la experiencia jugable más pobre de toda la saga.

Sin embargo, la historia y la ambientación son otro cantar. El hilo argumental es impresionante, enrevesado y de una profundidad encomiable. El juego guardia múltiples sorpresas, algunos enemigos con un diseño genial y nos enfrenta a una recta final antológica. Cualquier aficionado a la saga o a las buenas historias disfrutará como un niño.

Por lo tanto, este Bioshock Infinite es un juego disfrutable y hasta cierto punto divertido, que presenta una de las mejores historias jamás vistas en un videojuego pero una preocupante simplificación en sus mecánicas, ya sea por motivos técnicos o por decisiones comerciales. Y es una pena, ya que durante toda la partida no podemos dejar de pensar que el juego podría haber dado mucho más de sí, porque potencial tenía de sobra.

¿Veremos alguna vez un Bioshock a la altura de la gran primera entrega? Lo dudo mucho, pero intentaremos conservar la esperanza.



Calificación:  ****

jueves, 27 de abril de 2017

Análisis/Review: Uncharted 3 - La Traición de Drake (PS3, 2011) ¡Oriente me desorienta!

Pues sí, las expectativas estaban por las nubes tras el estratosférico éxito de la segunda entrega... Y pese a que Uncharted 3 vendió incluso mejor que la gran segunda entrega, en cuanto a ritmo, calidad y coherencia está bastante por debajo de aquella.

Es difícil concretar qué fue lo que salió mal... En una estupenda entrevista a Santiago Gutiérrez, artista español en las filas de Naughty Dog, pude escuchar que el problema radicó en que gran parte de los esfuerzos de la compañía en ese momento estaban centrados en la preparación y desarrollo de The Last of Us, por lo que para este Uncharted 3 se reutilizaron muchos elementos de las entregas anteriores y al parecer faltaron personas clave en su desarrollo. 

Sea como fuere, lo cierto es que la sensación que el título deja es más bien agridulce. Pero vayamos analizando brevemente algunos de los aspectos de este juego. 


Jugabilidad e historia:

Quizá uno de los aspectos más negativos de este Uncharted 3 es que la sensación de evolución del
título es casi nula. Salvo algunas mejoras en el combate cuerpo a cuerpo, el juego es prácticamente un calco de la segunda parte, dando una sensación de déjà vu que no desaparece en ningún momento. Por lo tanto tenemos la consabida mezcla de disparos en tercera persona con coberturas a lo Gears of War, plataformas y saltos muy encorsetados, los mismos puzles simplones de siempre y un intento de posibilitar el sigilo que vuelve a fracasar como en las dos entregas previas. 

Pero esto no sería un defecto real si el juego fuese capaz de reproducir el ritmo frenético y el sinfín de situaciones extremas que proponía Uncharted 2, en lugar de perderse durante la primera mitad del mismo en un intento narrativo que no termina de funcionar, ya que lo que se nos cuenta no es todo lo  interesante que debiera, salvo algunos momentos de la juventud de Drake que no están mal. Esto hace que una vez que el juego empieza realmente a despegar sea a partir del capítulo 12, dejando la impresión de que hasta ese momento hemos estado jugando a un Uncharted de medio pelo.

Y lo peor es que una vez que el título remonta el vuelo tampoco termina de ser todo lo bueno que debiera, ya sea por la sensación de que todo eso ya lo hemos vivido o por secciones tan mediocres como las que ocurren a lomos de un caballo. O puede ser que simplemente los desarrolladores no estaban del todo inspirados o más bien estaban invirtiendo esfuerzos en otra cosa. Y es una pena, ya que el juego podría haber dado más de sí.  

En cuanto a historia Uncharted 3 destaca sobre todo por los flashbacks que previamente he adelantado que sin duda son lo mejor de todo el guion y lo que realmente se queda en la mente del jugador. Porque la historia que se desarrolla en el presente de los personajes es bastante genérica, con unos antagonistas olvidables y con un desarrollo que nos aboca a un tramo final que parece casi calcado a la segunda entrega, aumentando más si cabe la ya mentada sensación de déjà vu. 

Otro de los aspectos que más me chocan de este juego, al igual que en las dos entregas anteriores y The Last of Us, es la masacre que lleva a cabo un protagonista que no duda en aniquilar impunemente a cientos y cientos de enemigos, siendo un auténtico asesino salvaje cuando empuña un arma, mientras que el guión nos intenta vender una imagen socarrona, bonachona y simpaticona del mismo. Una auténtica incoherencia narrativa que no vemos en otros shooters en tercera persona como el propio Gears of War o el infravalorado Spec-Ops: The Line, dejando la sensación de que Naughty Dog incide una y otra vez en los disparos en tercera persona o bien porque no saben hacer nada mejor, o bien porque es lo que vende y punto. 

O quizá es que su mentalidad de estudio de desarrollo estadounidense y la relación tan particular que este pueblo tiene con las armas de fuego les aboca a ello. Interesante discusión, en cualquier caso, pero que les da a sus juegos un extraño tufillo que no me termina de gustar. 


Apartado visual y sonoro:

Teniendo el cuanta el muy limitado hardware en el que se mueve Uncharted 3, los gráficos son una maravilla pese a no ser un salto tan evidente como sí que resultó ser la segunda parte. Destacan la gran variedad de paisajes, decorados y enorme detalle en los escenarios, siendo en todo momento un placer visualizar el trabajo artístico que el título esconde detrás, pese a que muchos de los artistas habituales de la saga estaban enfrascados en The Last of Us. Las continuas explosiones, situaciones límite y las buenas secuencias de acción son realmente geniales, incluso 6 años después del estreno del juego. 

Otra cosa es el frame rate, el auténtico lastre tanto de la pasada generación de consolas como la actual. En 3D el título es prácticamente injugable... Incómodo a más no poder. Pero es que incluso desactivando esta opción el juego se mueve a 30 fps con ciertas bajadas ocasionales que llegan incluso a los 24 fps, según demostró Digital Foundry en su día. En ese aspecto Uncharted 3 deja que desear, y aunque sea algo común en consolas en las dos últimas generaciones, no deja de restarle puntos al juego en cuanto a su apartado gráfico. 

Lo que sí sobresale es el sonido, con un 5.1 impecable y efectos ultrarrealistas que ambientan a la perfección las diferentes situaciones. El sonido de armas, derrumbamientos, fuego y demás detalles rayan a un grandísimo nivel, al igual que el doblaje, tanto en castellano como en su versión original en inglés. 

La banda sonora de Greg Edmonson presenta pocos cambios con respectos a los anteriores, pero sigue siendo soberbia. Destaca quizá la mayor utilización de escalas árabes en la segunda mitad del juego que no están nada mal, y un remozado tema principal más bombástico si cabe. ¡Tremendo!


Conclusiones:

Pese a sus soberbios valores de producción, gran apartado gráfico y artístico y producción sonora de lujo, Uncharted 3 está claramente por debajo del segundo en cuanto a diversión, ritmo y frenetismo, lo cual nos deja una especie de sensación de coitus interrumptus un tanto extraña. Además, y como es natural, tampoco sorprende tanto como el primero, siendo por ello también inferior a la entrega original para mi gusto. 

Por supuesto, los fans de la franquicia lo disfrutarán y deben jugarlo. Pero si no te encuentras entre ellos, te recomiendo que empieces por los dos primeros, y si te gustan entonces prueba el tercero, porque de lo contrario puede ser que te lleves una impresión errónea de la franquicia. Yo tuve que echarle cierta fuerza de voluntad para terminarlo, lo cual es una mala señal. Pero es que tampoco soy un apasionado de este sanguinario imitador de Indiana Jones, experto tanto en aniquilar a cientos de enemigos como en chistes facilones, a la vez que ciertamente torpe con las mujeres. 

De todos modos, algún día le echaré el guante a Uncharted 4, a ver si de ese modo me puedo sacar la espinita que me ha dejado clavada La Traición de Drake. 


Calificación:  ***

jueves, 13 de abril de 2017

Análisis/Review: Silent Hill 2 (PC, 2002) La historia de amor más trágica jamás contada.

Hay juegos que te cambian la vida. Así de sencillo. Quizá alguien ajena a esta afición no logre entender lo mucho que te puede marcar una experiencia jugable, pero es así.
Y a mí Silent Hill 2 es uno de los juegos que más me han marcado, por muchos motivos. Lo jugué en una etapa de mi vida difícil, y mi torrente de sentimientos encontrados vieron un reflejo especial en este juego. La historia de James me dejó tocado, marcado e impactado. Y esa es una huella imposible de borrar.
Sin embargo, Silent Hill 2 esconde mucho más que una de las mejores historias jamás creadas para un videojuego. Supuso un gran refinamiento de lo que el primer Silent Hill ya había propuesto, nos mostró un ritmo impecable que nos sumerge en una montaña rusa de terror, nos ofreció un apartado técnico sencillamente sublime y la que es quizá una de las mejores bandas sonoras en lo que a videojuegos se refiere.
Pero bueno, mejor vayamos descubriendo poco a poco lo que Silent Hill 2 nos regaló.


Jugabilidad e historia:

Silent Hill 2 no se aparta demasiado de la fórmula del primer juego. De hecho, James se controla prácticamente igual que Harry y presenta más o menos la misma torpeza a la hora de moverse y apuntar de aquél. Hay quien dirá que esto es una decisión artística y jugable propia del Survival Horror, pero la verdad es que cuesta acostumbrarse. Aunque hay que decir que una vez que te haces con los controles, todo va sobre ruedas.

En cuanto al desarrollo en sí, como todos sabemos podemos despachar a los enemigos a base de disparos, armas cuerpo a cuerpo o simplemente huir de ellos. Todas las opciones son válidas, aunque quizá la más satisfactoria es la primera.

Y mientras acabamos (o no) con los enemigos, deberemos ir enfrentándonos a decenas de puzles y acertijos que en esta secuela resultan todavía mejores que en primer juego (aunque ninguno es tan mítico como el famoso puzle del piano) y que cambiarán según el nivel de dificultad elegido. Destaca quizá que pese a la dificultad, son puzles que guardan cierta lógica y que con algo de esfuerzo se pueden superar sin recurrir a guías. Aunque eso dependerá del jugador, claro está.

Pero aquí entra el juego el terror. Porque acabar con engendros y resolver puzles sería más sencillo si no estuviésemos atenazados todo el tiempo por esa sensación de terror que sólo los mejores Silent Hill consiguen crear. Ese miedo a lo desconocido, esa amenaza constante, esos detalles en los escenarios y ese diseño de sonido inigualables... Todo ello hace que Silent Hill 2 supere con creces al primero en cuanto a miedo se refiere, y prácticamente también a todos los juegos que se habían realizado hasta la fecha. De hecho, sólo el gran Silent Hill 3 es capaz de hacerle frente aún a día de hoy.

Terror psicológico en su más pura esencia, ayudado por una historia absolutamente magistral. No voy a desgranar ningún detalle de la misma por si alguien que lea estas líneas todavía no la ha podido disfrutar. Sólo decir que es una maravilla digna de la mejor novela de terror, romántica, oscura y enigmática.

¡De obligado disfrute para cualquier aficionado al terror y a los juegos en general!



Apartado visual y sonoro:


Silent Hill 2 sigue el estilo visual de la primera
entrega donde la niebla (esta vez volumétrica) es
sempiterna, los escenarios están cuidados hasta el más mínimo detalle con el único fin de inquietar, el trabajo de cámaras es desquiciante y la luz juega un papel fundamental. De hecho, Silent Hill 2 destacó por ser el juego que mejor uso de una linterna hizo en su día. Más tarde fue superado por obras como Alan Wake, pero eso ya es otra historia.

En PC sobresale, con respecto a la versión de consolas, la gran calidad de las texturas, unos efectos de luz mejorados y la posibilidad de jugarlo en alta definición, que le sienta como un guante a este título. En mi caso instalé un pequeño mod de SweetFX, que me permitió mejorar aún más los gráficos del título, dando la sensación de que estamos ante un juego bastante avanzado a su tiempo en lo que a gráficos se refiere. Sencillamente maravilloso. Para todos aquellos que estén interesados en este mod aquí dejo en enlace:


En cuanto a dirección artística, genial es el diseño de enemigos de Masahiro Ito que inciden en ciertos aspectos de la personalidad de James y de los personajes secundarios y que encajan perfectamente en la ambientación que nos proponen, así como el ya nombrado diseño de escenarios. Silent Hill 2 destaca por ser especialmente variado en este aspecto, ofreciéndonos los que quizá son los entornos más trabajados de la saga (lo cual también se traduce en ciertos elementos jugables novedosos), junto con los estupendos escenarios del infravalorado Silent Hill 4: The Room.

En cuanto a sonido... ¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya de la obra de Akira Yamaoka? Quizá

resaltar que en esta segunda entrega de la franquicia este gran artista se desató completamente en el apartado musical, ofreciéndonos un trabajo tremendamente inspirado, intimista cuando quiere serlo con preciosas melodías de piano y guitarra, misterioso y relajado en otras ocasiones tirando de un estilo algo más trip-hop, y completamente aterrador cuando conviene con sus habituales composiciones industriales que recuerdan un poco a lo que Maurice Jarre creó para La Escalera de Jacob, una de las principales inspiraciones de la saga. En conjunto Silent Hill 2 atesora la que en mi opinión es la mejor banda sonora original jamás compuesta para un Survival Horror, y una de las mejores de todos los tiempos. Absolutamente imprescindible y merecedora de ser disfrutada una y otras vez.
 
Como imprescindible es a su vez prestar atención a los maravillosos efectos sonoros, capaces de ponerte la piel de gallina y que juegan un papel fundamental a la hora de crear ese ambiente tan terrorífico que desprende el juego. Gritos en la lejanía, pasos inesperados, llantos, chirridos, enemigos... Todo es absolutamente fabuloso en cuanto al audio, destacando también un excelente doblaje en inglés, con muchísima personalidad y con actores poco conocidos tal y como suele ser habitual en toda la saga.



Conclusiones:


Silent Hill 2 es una de esas obras en la que una serie de factores que conjugaron a la perfección para crear una de las mejores experiencias del género del terror jamás creadas, incluyendo cine, literatura y videojuegos. La compleja historia desprende una sensibilidad y un amor por el detalle muy fuera de lo común, y termina por otorgar una coherencia aplastante a todo el universo de Silent Hill, mucho más allá de lo que consiguió el primer juego.
 
No es un título perfecto, por esos problemas que todos conocemos en el control, pero una vez que nos adaptamos a los mandos termina siendo un asunto muy nimio ante la enorme calidad que rezuma en todos los demás apartados. Si te adentras en Silent Hill 2 nunca olvidarás la historia de James ni a los personajes que le acompañan, a la vez que disfrutarás de una de las experiencias más terroríficas que jamás ha ideado mente humana alguna, resolverás puzles demenciales y te enfrentarás a enemigos y jefes finales para el recuerdo. Y que además con los ajustes pertinentes presenta en PC su mejor cara.
 
Obra maestra, sin paliativos.
 
 
Calificación:  *****
 

miércoles, 5 de abril de 2017

Análisis/Review: Call of Duty - Modern Warfare 2 (PC, 2009) Tiro al plato y mucha pirotecnia.

Tras el bombazo que supuso el primer Modern Warfare y el éxito de World at War, Infinity Ward volvió a dar en el clavo desde el punto de vista comercial con este Modern Warfare 2 que recupera parte de las virtudes del primero pero que en mi opinión no consigue alcanzar la gran calidad de su campaña ni aportar realmente nada nuevo o sorprendente.

Aquí nos encontramos con explosiones a raudales, un ritmo rápido, un estilo muy cinematográfico pero poca profundidad jugable, enemigos muy previsibles y una falta de libertad total que en ocasiones nos proporcionará la sensación de ir sobre raíles durante toda la (corta) campaña.
 
La sensación que queda al final es que has asistido a un espectáculo ciertamente vacío, como en las peores películas de Michael Bay (y que conste que es un director que me gusta bastante), en el que te marean con pirotecnia propia de una gran superproducción para dar la sensación de que no has visto nada igual, pero en la que finalmente los personajes, la historia y el trasfondo se resienten sin remedio.

Pero bueno, vayamos desgranando poco a poco lo que nos ofreció este Modern Warfare 2.


Jugabilidad e historia:

Como ya he indicado antes, Infinity Ward multiplicó los efectos especiales en esta secuela elevando la megalómana orientación de la acción hasta límites insospechados, pero perdiendo parte de la frescura por el camino. De ese modo tenemos secciones más cerradas que en la primera entrega, enemigos exactamente igual de imbéciles que se esconden detrás de coberturas y poco más, así como un intento de otorgar variedad al desarrollo con el uso de armas dirigidas y demás experimentos que funcionan de un modo un tanto irregular.

Al final nos encontramos un juego que en todo momento da la sensación de estar demasiado encorsetado, donde todo pasa porque tiene que pasar así independientemente de las acciones del jugador, en el que tus compañeros están de mera comparsa y donde la estrategia se resumen en intentar evitar los disparos de los enemigos y esperar que saquen la cabecita para regalarles el disparo en la cabeza de turno. Eso sí, todo bajo un envoltorio de frenetismo y espectacularidad tremendos... Pero que desgraciadamente esconde poco detrás, como ya he remarcado en la introducción.

En cuanto a historia, volvemos a encontrarnos la deslavazada narrativa típica de la saga que mientras que en las primeras entregas tenía más o menos sentido, en casos como este Modern Warfare 2 sólo aumenta la confusión y hace que no nos enganchemos en ningún momento a lo que se nos cuenta. Las relaciones con el primer juego son palpables en cuanto a personajes y enemigos, y eso es lo más atractivo.

Por lo demás, el hilo argumental es bastante olvidable... Y de hecho se olvida en un santiamén.


Apartado visual y sonoro:

Modern Warfare 2 es un juego que evoluciona el motor de Call of Duty 2 pero que al menos en PC
no ofrece una evolución demasiado palpable con respecto a aquél. Destacan algunos efectos de luz mejorados así como los efectos especiales en los que arden y se derrumban elementos del escenario... Aunque todo ello con nula interactividad. Los escenarios responden muy poco a las acciones del jugador, quedando en este aspecto el juego muy por debajo de lo visto en otros títulos coetáneos como Crysis o el propio Battlefield Bad Company.

El atronador sonido sí que destaca por encima de la media, ofreciéndonos un producción sonora de lujo. Lo mejor del título, como suele ser habitual en la saga Duty.

En cuanto a la banda sonora, nos encontramos al compositor Lorne Balfe que hace notar su papel de colaborador habitual de Hans Zimmer con una música contundente, rítmica y con ínfulas de blockbuster que sin ser de una calidad excelsa, al menos acompaña bien a la constante acción de la campaña. Lejos quedan los tiempos de las maravillosas partituras de las primeras entregas de la saga obra de grandes como Michael Giaccino o Graeme Revell, pero Balfe más o menos mantiene el tipo.
 

Conclusiones:

Modern Warfare 2 ofrece mucha pirotecnia, acción sin pausa y tiros a mansalva. Pero todo ello dentro de una jugabilidad muy rígida, que abusa descaradamente de scripts y que hace gala de una inteligencia artificial mediocre, restando todo ello gran parte de la diversión al juego. Es curioso ver cómo una campaña tan corta se termina haciendo pesada a partir de la mitad de la misma... Ese mérito hay que reconocérselo a Infinity Ward, sin duda.
 
Pero bueno, para echar unas cinco y seis horitas de desconexión, olvidándote de la historia y disparando enemigos que parecen patos de feria mientras todo explota a tu alrededor, la campaña de Modern Warfare 2 no está mal del todo. Aunque sea por la famosa fase "Nada de Ruso", que es sin duda lo mejor de todo el juego.

Para jugar y olvidar, sin más.


Calificación:  ***