Una auténtica obra de arte. No encuentro mejor frase para describir este juego. Desde el desconcertante inicio, de la mano del gran Ken Levine nos introducimos en la impresionante Rapture, donde podemos contemplar una de las mejores ambientaciones jamás vistas en un videojuego. Cada pequeño detalle de los escenarios está cuidado al milímetro, con un diseño de producción que ya querrían para sí muchas superproducciones de Hollywood.
Jugabilidad e historia:
Pero la verdadera sorpresa de Bioshock viene cuando comprobamos la
tremenda jugabilidad de la que hace gala, ofreciendo al jugador una gran
variedad a la hora de afrontar los combates y las distintas situaciones que te
ofrece el juego. El toque RPG que le imprime la evolución del personaje le da
una un extra de diversidad y le aporta grandes dosis de interés al conjunto,
puesto que durante lo que dura la por otro lado algo corta aventura existe una
paulatina progresión del personaje que aporta constantemente nuevas mecánicas jugables que impiden que el juego se haga monótono o aburrido. ¡Y ese sistema de desvalijar cadáveres y escenarios! Gran parte del juego la pasamos buscando tesoros, dinero y demás pero implementado todo de ello de una forma realmente satisfactoria.
La historia es también otro pilar fundamental en Bioshock. Te van ofreciendo con cuentagotas todos los detalles del por qué de Rapture, cómo llegó a esa situación y del modo de vida de sus habitantes. Poco hay que comentar ya sobre las Little Sister y los Bid Daddies. Simplemente sublimes desde el punto de vista de guión y diseño. Además, no existe ninguna pausa en la acción para poder disfrutar del argumento al contrario de lo que ocurre en muchos otros juegos coetáneos en los que constantemente hay que detener el progreso para leer diarios o ver vídeos si quieres conocer todos los detalles, lo cual termina haciéndose cargante. Bioshock recoge el estilo Half-Life pero perfeccionándolo, dando como resultado una obra narrativamente casi intachable y un espejo donde se han mirado otros muchos juegos desde entonces.
Apartado visual y sonoro:
Todo este despliegue visual del que ya hemos hablado no sería el mismo sin el gran uso del motor Unreal Engine 3, al cual los chicos de Irrational Games sacaron mushísimo jugo. Cierto es que falta algo más de interacción con los escenarios, que es una de las lacras de este motor gráfico, pero tanto la iluminación como el espectacular uso del bump-mapping, así como la excelente recreación del agua si utilizamos los efectos Directx 10 en PC destacan sobremanera. Todo ello unido al mastodóntico trabajo de dirección artística gracias al cual recrearon Rapture con todo lujo de detalles, hace que nos encontremos ante un título por el cual visualmente no pasan los años y que será siempre digno de admiración.
A los estupendos gráficos se le unen unos efectos sonoros de ensueño (el gemido de los Big Daddies te acompañará durante semanas), con un buen doblaje al español y una música perfectamente seleccionada sin la cual la ambientación de Bioshock no sería la misma. Excelentes melodías de jazz y soul de los años 50 nos acompañan durante gran parte de la aventura añadiendo ese toque bizarro y vintage que deja una huella imborrable en el jugador.
Conclusiones:
Como único punto negativo, decir que quizá se echa algo más en falta cierta innovación respecto a su predecesor espiritual System Shock 2, ya que la base jugable es la misma. Pero esto es algo de lo que uno se olvida rápidamente en cuanto el sobrecogedor universo de Rapture nos envuelve. En cualquier caso, si eres aficionado a los videojuegos no puedes dejar de probar Biohsock si todavía no lo has hecho, puesto que es sin duda uno de los mejores shooters en primera persona jamás realizados y uno de los títulos más brillantes de la pasada década.
Calificación: *****
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