Mostrando entradas con la etiqueta Saga Bioshock. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Saga Bioshock. Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de julio de 2017

Análisis/Review: Bioshock Infinite (PC, 2013) Retroceso histórico y jugable.

Tras más de dos meses sin publicar un análisis, vuelvo a la carga con un título que en su día causó un revuelo enorme y que pertenece a una saga que en mi opinión tras la brutal primera entrega no consiguió volver a estar a la misma altura. La segunda parte es un título muy notable, pero fue demasiado continuista y le faltó empaque en cuanto a historia. 

Y Ken Levine volvío al ruedo en esta tercera entrega que se vio lastrada por multitud de problemas durante su desarrollo que obviamente hicieron mella en el resultado final. De hecho, si buceamos un poco por  Youtube comprobaremos que hay muchos elementos que el juego iba a incluir que finalmente no hicieron acto de presencia. 

¿Una limitación impuesta por unos consolas que ya no daban más de sí? Pues muy probablemente. 


Jugabilidad e historia:

Jugablemente nos encontramos un título que sin duda respira la esencia del primer Bioshock, pero
que a la vez introduce una serie de cambios que dejan bastantes dudas. Y digo cambios en lugar de novedades muy intencionadamente, ya que nuevo no nos encontramos casi nada en esta entrega. Es más, en mi opinión se produjo un extraño y preocupante retroceso jugable ya que los elementos RPG se vieron reducidos drásticamente, al igual que elementos como el pirateo que en este caso se ven recortados a un mero plásmido (perdón, vigor) más. 

En lugar de profundizar en el género rol, por lo tanto, nos encontramos un juego que hace mucho hincapié en los tiroteos. Pero desgraciadamente, Irrational Games no tienen la capacidad de crear tiroteos tan maravillosos como id Software o Epic Games. Por lo tanto los mismos terminan cansando. Los vigores son interesantes, pero bastante irregulares, por lo que al final terminas usando uno o dos de entre todos los que te ofrecen. Y la forma de mejorarlos, al igual que las armas, termina resultando bastante aburrida al prescindir completamente de árbol e habilidades o algo similar. Simplemente te acercas a las máquinas y vas comprando lo que te interesa.

Una decisión bastante desacertada. Al igual que desacertada resulta la pobre inteligencia artificial de los enemigos, que simplemente buscarán coberturas como si de un Call of Duty más se tratara y que resta bastantes enteros a los combates. También de la interacción con Elisabeth se esperaba mucho más allá del simple acompañamiento que nos aporta, y lo mismo se puede decir del limitado y a todas luces capado uso de los raíles, que prometían unas dosis de locura y diversión muy por encima de lo que finalmente terminaron por ofrecer.

Sin embargo, en cuanto a historia y narrativa Bioshock Infinite no sólo iguala a la primera entrega, sino que incluso la supera. La forma tan ágil de contarnos la historia a base de grabaciones y conversaciones que no rompen el ritmo jugable no sorprende tanto como sí lo hizo en 2007, pero el hilo argumental es sencillamente magistral, otorgando un empaque y un sentido a todo el conjunto de juegos de la franquicia imposible de imaginar antes de jugar a esta entrega.

En ese aspecto Ken Levine sacó el gran escritor que lleva dentro para ofrecernos una historia digna de la mejor producción de Hollywood. Sólo por este motivo ya merece la pena jugar a este juego, sobre todo si has disfrutado de los dos anteriores. 


Apartado visual y sonoro:

Visualmente pocas pegas se pueden poner a este juego. Columbia presenta un diseño de escenarios
absolutamente arrebatador, capaz de hacer que te quedes mirando pequeños detalles, edificios, personajes o lo que sea durante muchos minutos. No es un juego que destaque en cuanto a fuerza bruta, y no se puede comparar con otros pesos pesados en cuanto a gráficos como Crysis o Battlefield, pero en cuanto a arte es de lo mejor que se puede ver dentro del género de los shooters en primera persona.

Lo que sí se echa en falta, al igual que otros muchos juegos que corren en Unreal Engine 3, es una mayor falta de interactividad con los escenarios. Digamos que uno se mueve por unos entornos increíbles, pero que al final dan la sensación de ser muy de cartón piedra. Me hubiese gustado que Columbia no sólo fuese un escenario bonito, sino una fuente de posibilidades a la hora de interactuar con el juego. Pero bueno, al ser un título que también apareció al final de la vida útil de PS3 y Xbox 360 tampoco se le podía pedir mucho más. 

En cuanto al apartado sonoro poco que añadir, salvo que es una auténtica pasada. Tanto la selección musical, como la ambientación sonora de Columbia como el doblaje son de primerísima calidad, haciendo notar el estatus triple A que ostenta esta saga. A destacar el impresionante chirrido del Songbird, capaz de ponerte los pelos de punta.

También  se agradece el que se mantengan ciertos sonidos de las dos entregas anteriores, sobre todo en menús y al interactuar con ciertos elementos, ya que todo ello ayuda a dar más identidad a la saga.


Conclusiones:

Bioshock Infinite deja una sensación dulce, pero con demasiados tintes amargos que quizá se podrían haber evitado. No sé si Ken Levine se vio sobrepasado por su propia ambición al intentar crear un juego por encima de las posibilidades de las consolas a las que iba principalmente destinado, pero el caso es que se dio de bruces contra la realidad teniendo que recortar mucho material que incluso ya se había mostrado en los años previos al lanzamiento del juego.

Pero lo que sí que podría haber hecho es conservar la profundidad de las dos primeras entregas, sobre todo en lo que a elementos RPG se refiere. Pero desgraciadamente se olvida en gran parte de ello para caer bajo la influencia de shooters más genéricos y exitosos, dejando la experiencia jugable más pobre de toda la saga.

Sin embargo, la historia y la ambientación son otro cantar. El hilo argumental es impresionante, enrevesado y de una profundidad encomiable. El juego guardia múltiples sorpresas, algunos enemigos con un diseño genial y nos enfrenta a una recta final antológica. Cualquier aficionado a la saga o a las buenas historias disfrutará como un niño.

Por lo tanto, este Bioshock Infinite es un juego disfrutable y hasta cierto punto divertido, que presenta una de las mejores historias jamás vistas en un videojuego pero una preocupante simplificación en sus mecánicas, ya sea por motivos técnicos o por decisiones comerciales. Y es una pena, ya que durante toda la partida no podemos dejar de pensar que el juego podría haber dado mucho más de sí, porque potencial tenía de sobra.

¿Veremos alguna vez un Bioshock a la altura de la gran primera entrega? Lo dudo mucho, pero intentaremos conservar la esperanza.



Calificación:  ****

miércoles, 20 de abril de 2016

Análisis/Review: Bioshock 2 (PC, 2010) El placer de sentirse un Big Daddy.

Notable segunda parte del magistral Bioshock que arrastra dos defectos principales: su falta de innovación con respecto al original y una historia bastante por debajo de lo esperado. Pese a todo, se trata de un shooter superior a la media que a buen seguro disfrutarán todos los amantes de los juegos de disparos en primera persona.
 

Jugabilidad e historia:


Los que hayan jugado al Bioshock original se encontrarán como pez en el agua en esta segunda parte, ya que el hecho de controlar a un Big Daddy no supone una gran diferencia con respecto a Jack, el protagonista del primer juego. Los plásmidos son casi idénticos, las posibilidades de mejora del personaje parecidas y las armas se manejan igual. La única diferencia es la taladradora, que se hace bastante divertida de manejar y es útil en muchas situaciones. 


Como punto interesante en cuanto a jugabilidad destaca una orientación algo más estratégica de cara a ciertos combates, ya que el hecho de tener que proteger a las Little Sisters mientras recolectan Adam supone un reto extra bastante interesante. En estas situaciones un buen manejo de los bots, torretas y trampas cobra una mayor importancia con respecto a la primera entrega. Bien por 2k Marin.


Pero por lo demás, el juego es prácticamente idéntico a su predecesor. La sensación de déjà vu es constante, y al final se nos hace irremediablemente repetitivo, pese a un par de situaciones sorprendentes. Además, también provocan cierto cabreo algunas ideas muy desaprovechadas, como los paseos acuáticos fuera de Rapture que son sólo testimoniales y no aportan nada realmente interesante al desarrollo, y el propio hecho de ser un Big Daddy, que no se nota tanto como debiera. 

Y eso nos lleva a otro pequeño punto flojo de esta secuela, y es que la historia no está tan trabajada ni sorprende tanto como en la obra original de Ken Levine. Narrativamente sigue siendo absolutamente magistral gracias a la utilización de la radio, las grabaciones y la propia historia que cuentan los escenarios y splicers, pero el guion queda indudablemente por debajo a todas luces. Era algo previsible por la pérdida del factor sorpresa, pero se podría haber trabajado algo más en mi opinión.
 

Apartado visual y sonoro:


Técnicamente, el juego se muestra superior a la primera parte en PC gracias a un uso más intensivo de Directx 10, que esta vez no se limita sólo a las superficies acuáticas. Los efectos de luz siguen brillando con luz propia (nunca mejor dicho...) y el modelado de personajes y enemigos es excelente. Las texturas son el apartado más flojo, pero no desentonan en demasía.
 
 
 
 
 
La gran baza de Bioshock 2 sigue siendo su gran ambientación y la maravillosa dirección artística, pese a que casi todo está reciclado del Bioshock original. Una y otra vez nos maravillaremos ante esa Rapture más decadente y oscura aún si cabe, a la que el paso de los años le va provocando cada vez más heridas, al igual que a los splicers, que aquí se encuentran más degradados y enloquecidos que nunca.
 
 
En cuanto a sonido los efectos sonoros son impresionantes y un punto fundamental para reflejar este gran mundo retrofuturista. El claqueteo de los bots, los gemidos de los Big Daddies, la contundencia de las armas... Y un doblaje que de nuevo derrocha profesionalidad en casi todas las líneas de diálogo y que es fundamental para el ágil estilo narrativo de la saga.
 
La música sigue la estela del primer Bioshock y tira de gramola para sumergirnos de lleno en esa ambientación tan años 50 que nos propone el título. Los temas originales de Garry Schyman vuelven a aparecer también con fuerza con esas notas de cuerda tan características. De nuevo un apartado sobresaliente.


Conclusiones:

Para los fans de la primera parte, Bioshock 2 es un juego absolutamente fundamental. Sin embargo, a los neófitos les recomendaría encarecidamente que empiecen por el primer título, ya que en mi opinión esta secuela queda por debajo del original al ser demasiado continuista y ni de lejos logra sorprender tanto como aquella.
 
Algunos aspectos de la Jugabilidad se ven expandidos y mejorados, pero el hecho de ser un Big Daddy no provoca el impacto que se presuponía y los publicitados paseos acuáticos no dejan de ser anecdóticos.
 
En cualquier caso, siempre es un absoluto placer volver a Rapture cuando se trata de una experiencia tan buena como esta.
 
 
Jugabilidad****

lunes, 28 de marzo de 2016

Análisis/Review: Bioshock (PC, 2007) ¡Bienvenidos a Rapture! Una experiencia imposible de olvidar.

Una auténtica obra de arte. No encuentro mejor frase para describir este juego. Desde el desconcertante inicio, de la mano del gran Ken Levine nos introducimos en la impresionante Rapture, donde podemos contemplar una de las mejores ambientaciones jamás vistas en  un videojuego. Cada pequeño detalle de los escenarios está cuidado al milímetro, con un diseño de producción que ya querrían para sí muchas superproducciones de Hollywood. 

Jugabilidad e historia: 

Pero la verdadera sorpresa de Bioshock viene cuando comprobamos la tremenda jugabilidad de la que hace gala, ofreciendo al jugador una gran variedad a la hora de afrontar los combates y las distintas situaciones que te ofrece el juego. El toque RPG que le imprime la evolución del personaje le da una un extra de diversidad y le aporta grandes dosis de interés al conjunto, puesto que durante lo que dura la por otro lado algo corta aventura existe una paulatina progresión del personaje que aporta constantemente nuevas mecánicas jugables que impiden que el juego se haga monótono o aburrido. ¡Y ese sistema de desvalijar cadáveres y escenarios! Gran parte del juego la pasamos buscando tesoros, dinero y demás pero implementado todo de ello de una forma realmente satisfactoria. 

La historia es también otro pilar fundamental en Bioshock. Te van ofreciendo con cuentagotas todos los detalles del por qué de Rapture, cómo llegó a esa situación y del modo de vida de sus habitantes. Poco hay que comentar ya sobre las Little Sister y los Bid Daddies. Simplemente sublimes desde el punto de vista de guión y diseño. Además, no existe ninguna pausa en la acción para poder disfrutar del argumento al contrario de lo que ocurre en muchos otros juegos coetáneos en los que constantemente hay que detener el progreso para leer diarios o ver vídeos si quieres conocer todos los detalles, lo cual termina haciéndose cargante. Bioshock recoge el estilo Half-Life pero perfeccionándolo, dando como resultado una obra narrativamente casi intachable y un espejo donde se han mirado otros muchos juegos desde entonces.

Apartado visual y sonoro:

Todo este despliegue visual del que ya hemos hablado no sería el mismo sin el gran uso del motor Unreal Engine 3, al cual los chicos de Irrational Games sacaron mushísimo jugo. Cierto es que falta algo más de interacción con los escenarios, que es una de las lacras de este motor gráfico, pero tanto la iluminación como el espectacular uso del bump-mapping, así como la excelente recreación del agua si utilizamos los efectos Directx 10 en PC destacan sobremanera. Todo ello unido al mastodóntico trabajo de dirección artística gracias al cual recrearon Rapture con todo lujo de detalles, hace que nos encontremos ante un título por el cual visualmente no pasan los años y que será siempre digno de admiración. 


A los estupendos gráficos se le unen unos efectos sonoros de ensueño (el gemido de los Big Daddies te acompañará durante semanas), con un buen doblaje al español y una música perfectamente seleccionada sin la cual la ambientación de Bioshock no sería la misma. Excelentes melodías de jazz y soul de los años 50 nos acompañan durante gran parte de la aventura añadiendo ese toque bizarro y vintage que deja una huella imborrable en el jugador. 

Conclusiones:

Como único punto negativo, decir que quizá se echa algo más en falta cierta innovación respecto a su predecesor espiritual System Shock 2, ya que la base jugable es la misma. Pero esto es algo de lo que uno se olvida rápidamente en cuanto el sobrecogedor universo de Rapture nos envuelve. En cualquier caso, si eres aficionado a los videojuegos no puedes dejar de probar Biohsock si todavía no lo has hecho, puesto que es sin duda uno de los mejores shooters en primera persona jamás realizados y uno de los títulos más brillantes de la pasada década.


Calificación:  *****