Siempre recordaré cuando pude ver por primera vez este juego corriendo en una Xbox 360, allá por el año 2006. En ese momento supe que la séptima generación de consolas había llegado definitivamente y me entraron unas ganas locas por echarle el guante a Prey. Sin embargo, por diferentes motivos no lo pude disfrutar hasta años más tarde en su versión de PC. Pero he quedado igualmente maravillado.
Jugabilidad e historia:
Yendo al grano, nos encontramos con un excelente shooter con cierto aire clásico (no olvidemos que su desarrollo comenzó en el año 1995), que tiene como principal característica el impactante uso de los escenarios como un elemento fundamental de su jugabilidad, confundiéndonos con constantes cambios de gravedad, partes móviles y demás lindezas que logran transmitir una sensación de reto constante al jugador.
Si a ello le añadimos el original uso de portales, reciclado más tarde por Valve para crear Portal y la presencia del Spirit Walk, otro elemento muy original y que aporta gran variedad a la acción, pues nos encontramos con un FPS nada convencional, que no se hace repetitivo en ningún momento, y que engancha hasta el final.
Si a ello le añadimos el original uso de portales, reciclado más tarde por Valve para crear Portal y la presencia del Spirit Walk, otro elemento muy original y que aporta gran variedad a la acción, pues nos encontramos con un FPS nada convencional, que no se hace repetitivo en ningún momento, y que engancha hasta el final.
En lo que respecta a la historia, el toque original viene dado por el origen indio del protagonista, bien aprovechado gracias a mecánicas como el ya nombrado Spirit Walk o los viajes a cierta dimensión ancestral. La invasión extraterrestre no deja de ser un pretexto, pero resulta impactante por su extrema crueldad. Y aquí entra en juego la excelente narrativa de Prey, que no nos obliga a detenernos demasiado con absurdos documentos.
La campaña es suficientemente larga, y sobre todo destaca por su gran variedad de mecánicas y situaciones.
Apartado visual y sonoro:
El apartado gráfico, que utiliza el motor ID Tech 4 (el motor de Doom 3 y Quake 4, concretamente) cumple sobradamente para lograr una ambientación sucia, brutal y futurista, con muchos detalles de calidad y una buena dirección artística. Sorprende también el buen uso de la física. Visualmente sólo falla un poco en exteriores, pero todos sabemos que el ID Tech 4 fue desarrollado con Doom 3 en mente, el cual transcurre al igual que Prey en interiores.
Otro elemento a destacar es la poderosa banda sonora Jeremy Soule, uno de los compositores dedicados a videojuegos más afamados y prolíficos. ¡Magnífico el tema principal! Los efectos sonoros tampoco le van a la zaga, con una maravillosa recreación de todas las armas y sonidos alienígenas.
Conclusiones:
Así que pocas pegas se le pueden poner a este juego... Quizá su largo desarrollo y los constantes problemas en su producción impidieron ese toque de genialidad que distingue a las obras maestras, pero sin duda nos encontramos ante un shooter más que recomendable, obligado para los fans del género y que sorprenderá a más de uno con sus muchas y buenas ideas.
Once años en barbecho, y al final nos encontramos con un producto sobresaliente. ¿Quién lo iba a decir? ¡Bien por Human Head!
Calificación: ****
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